Escapada por el Norte: Bilbao y Santander
Este verano hemos organizado una escapada de última hora con mis amigos: coger el coche dirección norte e ir a la aventura, improvisando cada día a ver dónde íbamos.
A medio camino entre Barcelona y Bilbao, a unos kilómetros de Zaragoza, se encuentra Belchite. Un pueblo con poco encanto, si no fuera por las runas del antiguo Belchite (Old Belchite, como me gusta llamarle). Sí, hubo otro Belchite hace 100 años, que quedó completamente destruido por la Guerra Civil y nunca se restauró. El nuevo Belchite ( aka New Belchite) se construyó literalmente al lado.
Si vas a ir, reserva antes una plaza en una visita guiada, porque sino te encontrarás Old Belchite cerrado y teniendo que verlo desde una valla. Como nos pasó a nosotros.
Qué decir de Bilbao. Capital de Vizcaya, genial para visitarla en verano huyendo del calor del resto de la península, y fantástica para perderse una tarde por sus calles e hincharte a pintxos.
Y dedícale una mañana entera al Guggenheim, ya sea por su arquitectura o por sus exposiciones.
Si tuviera que dar un único consejo a alguien que quiere ir al País Basco, sería cógete un coche. Bueno, ese y come mucho. Pero lo mejor de esa región creo que está en el perderse por sus carreteras, visitar sus pueblos y vivir su naturaleza.
Nosotros aprovechamos para visitar San Juan de Gaxtelugatxe (sí, salió en Juego de Tronos), sitio bonito pero que no recomiendo para nada visitar en verano. Tanta gente haciendo cola le quitó todo el encanto, para mi gusto. Pero si puedes llegar ahí a primera o última hora y no hay gente, te van a salir unas fotos impresionantes.
Y para compensar toda la caminata, nada como una parada en Bermejo, un pueblo costero, para probar el famoso marmitako ;)
Santander me dio la sensación de ser una de esas ciudades que no tiene nada pero lo tiene todo. No sabíamos muy bien a qué ir, únicamente teníamos una tarde ahí. Nos lanzamos al paseo marítimo cámara en mano, aprovechando la golden hour. Y no puedo hacer más que cagarme en todo, porque me quedé con unas ganas de conocer más Santander enormes.